La cultura y la universidad. Hiperculturalidad en tiempos de pandemia

En este momento, en el que las interacciones se ven signadas por una temporalidad y espacialidad diferentes, es donde más se puede observar la volatilidad y lo trasversal de la cultura, tomándola en un sentido amplio, incluyendo el arte y lo referido a los sentidos que se le atribuyen al mundo y a nuestras vidas, a las formas de organización social, los valores, derechos, las tradiciones, y la relación con el medio ambiente.

“En este momento recuerdo que José Ortega y Gasset definió cultura como un <movimiento natatorio> durante el cual braceamos para no hundirnos en la inseguridad de la existencia. Esta definición tiene sus contras sin dudas. Identificar el hacer con el nadar conlleva una linealidad, un incremento del esfuerzo a medida que pasa el tiempo que termina en agotamiento. En todo caso hoy ese movimiento de braceo pasaría también por el espacio virtual y la perspectiva que nos abre la hiperculturalidad. Más espacios que se superponen y atraviesan. Cultura es hibridación, palimpsesto. Es lo que nos salva, las formas de hacer del pasado son una red, pero también pueden ser precisamente aquello que nos quita la red y se convierte en amenaza cuando los patrones culturales son rígidos  y reacios cambiar. Se trata de negociar, aunque a veces los términos pueden llegar a ser agotadores. En este sentido O y G tenía razón”, nos comenta Sonia Abián, curadora del Espacio de Arte UGD.

Sonia es artista, docente y está a cargo de este espacio que se encuentra en la sede central de la Universidad (Salta esquina de Colón). Actualmente, dada la situación, las muestras se realizan de manera online, a través de su página Web www.ugd.edu.ar/arte, acompañadas de conversatorios abiertos al público, pensados como lugares de diálogo con los/as artistas que exponen. Lo interesante, junto a este panorama de adversidad pandémico, es explorar las propuestas de realizaciones culturales que se están generando. Para septiembre se está organizando un workshop online bajo el nombre de “Repensar las imágenes. Taller de apropiación y remontaje”, dirigido a personas que manejan herramientas de edición de video.

La puesta en valor de la cultura, ese espejo sincero y transformador, no significa hablar de ella en singular dado a que nada es un particular indiviso. Al contrario, este tiempo en “quietud” nos plantea la oportunidad de repensar las políticas culturales a nivel nacional, provincial o, en nuestro caso, institucional, pero sin escindirnos del contexto.

“En Misiones conviven muchas culturas. Desde la de los pueblos originarios hasta la de los inmigrantes externos e internos. Y esta convivencia ha creado una forma de ser, estar y hacer. La historia de Misiones, como la de todo el país, es un itinerario de traumas, de desencuentros étnicos, luchas por equidad y abusos de poder. Aferrarse a una identidad de región, a un conjunto de ideas que definirían qué es ser misionero/a, conlleva un riesgo, principalmente el de eliminar la diferencia, y volvernos intolerantes. Creo que debemos pensar la identidad como algo cambiante, dinámico, y cultivar la flexibilidad”, concluye Sonia.

Las tecnologías están proponiendo nuevos espacios para el arte y la cultura, llevando a que seguramente, en la pospandemia, se establezcan vínculos aún más fuertes entre ambos mundos.