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La muestra “Croquis y Miradas”, expuesta recientemente en el Museo Municipal de Bellas Artes "Lucas Braulio Areco", propuso un acercamiento directo al territorio a través del dibujo, integrando a estudiantes de la carrera de Arquitectura de la UGD y a personas con discapacidad en una experiencia conjunta de observación y registro del paisaje urbano.
El proyecto se desarrolló en torno a dos escenarios significativos de Posadas: el Cerro Pelón y el Pasaje de la Ribera. La iniciativa fue impulsada por el arquitecto César Barboza, quien supo desarrollar experiencias similares en Europa.
En esta oportunidad, Barboza articuló su propuesta con la cátedra Introducción a los Medios Expresivos, a cargo del arquitecto Carlos Marcial, integrando la actividad al proceso formativo de los estudiantes.
Barboza describió la muestra como parte de una línea de trabajo que invita a observar la ciudad desde gestos simples y accesibles. La actividad, explicó, buscó “abrir la posibilidad de mirar la ciudad desde lugares no tradicionales, desde el gesto simple del croquis, que permite capturar la esencia de lo que vemos y sentimos”. También remarcó la importancia de que los futuros arquitectos participen de instancias que los acerquen a distintas formas de percibir el espacio urbano, especialmente al compartir el proceso con adultos con discapacidad.
Gestos
El arquitecto Carlos Marcial, docente responsable de la cátedra anfitriona, señaló que esta experiencia se integra de manera natural con los contenidos que trabaja cada año con sus estudiantes ““el croquis” muestra una idea descarnada y sintética, un dibujo que es casi un gesto. Hay una línea directa que articula el cerebro, el corazón y la mano que sostiene el lápiz”.
El docente de la UGD explicó que los ejercicios de la materia buscan que cada estudiante explore su propia sensibilidad y capacidad expresiva, entendiendo que la arquitectura implica proyectar espacios para comunidades diversas. En esta salida al territorio, indicó, los estudiantes aplicaron esa perspectiva al registrar dos áreas del patrimonio vernáculo de la ciudad. Sobre la jornada conjunta con personas con discapacidad, Marcial destacó que “esa integración hizo que el alumno también se sensibilice a la hora de compartir sus trabajos. Noté que desarrollaron sus formas de expresarse de una manera muy sensible”.
En tanto, la muestra reunió los resultados de ese proceso: croquis realizados in situ, miradas personales sobre la ciudad y producciones compartidas entre estudiantes y participantes externos.
Para Barboza, esta articulación generó “un espacio donde todos pudieran interpretar y graficar lo que sienten del lugar, reafirmando el valor del dibujo como un lenguaje accesible y significativo".
De este modo, “Croquis y Miradas” concluyó como una propuesta que vinculó formación universitaria, inclusión y territorio, dejando abierta la posibilidad de continuar desarrollando este tipo de experiencias en futuras actividades de la carrera.
