Centro Cultural Añelo

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Año: 2017.

Autores: Autores: ENNE Arquitectura. Matías Taborda, Marcela Gadea, Gerardo Esteche, Adrián Mendéz, Lisandro Villanueva y Guillermo Mouesca.

Participación.

Memoria de proyecto:

En el proceso de formulación del problema a resolver pudimos identificar tres importantes variables. Relacionadas al territorio, la población y la actividad que alojará el edificio, estas son:

Añelo, ubicada en la Patagonia Argentina, presenta un clima severo: desértico, seco y frío, con la presencia de fuertes vientos durante todo el año. Esto, por ejemplo, muchas veces disuade a la población de usar los espacios al aire libre. Hecho a tener en cuenta en el diseño de los espacios públicos.

En la ciudades petroleras existe un alto porcentaje de población de hecho, flotante, que se establecen en ella el tiempo que dure la explotación. Esta migración hace que, de no estar preparada, los equipamiento e infraestructuras sean insuficientes. Y al ser la mayoría población foránea, se disminuya la apropiación de espacios y sentido de pertenencia.

Desde la promoción, se sugiere como lineamiento general del proyecto, que “la comunidad cuente con un espacio multifunción”, donde puedan concentrarse todas las actividades culturales del municipio y otras de tipo social.

Atendiendo a esto, y considerando que la cultura es una construcción colectiva, creemos que el edificio debe ser un contendedor que “cultive” la interacción social. Posibilitando las relaciones entre las personas, además de permitir el correcto desarrollo de las expresiones artísticas.

Es el espacio publico el lugar que mejor propicia la interacción de las personas. Convocando a grupos diversos, posibilitando la relación entre ellos, la identificación simbólica, la construcción de pertenencia y cultural. Lo que proponemos entonces es que el edificio pueda ofrecer un espacio que posibilite las actividades culturales y las colectivas propias de uno publico abierto. Concebido como un contenedor neutro donde el programa funcional “desaparece”, para dar lugar a otras actividades colectivas. En donde las condiciones climáticas sean las apropiadas, a modo de ágora cubierta o exterior controlado.